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Una fotografía bonita no es una fotografía buena.

Una fotografía bonita no es una fotografía de calidad. Plano general, color. Mujer madura, madre del autor, desnuda, con las piernas abiertas y mirando directamente a cámara.
(c) Leigh Ledare

Soy miembro «premium» de la web fotográfica 500px. Y, prácticamente desde que me di de alta, me llamó la atención ver que en el apartado de «Populares«, las fotos que los propios usuarios impulsan a los lugares más destacados del ranking de la pagina a través de sus votos, hay imágenes con valores fotográficos, cuanto menos, discutibles. Y digo esto porque se supone que esta comunidad esta formada, si no por los mejores fotógrafos del mundo (para eso está 1x.com) , sí por los mas exigentes.

O eso, al menos, es lo que se nos vende a través de su propia publicidad. Pero con un pequeño vistazo a esta sección se te queda la sensación, al menos a mi, de que lo que está ahí, en los primeros lugares, son fotos, sin duda, bonitas, con chicas bellísimas, mascotas encantadoras y paisajes increíbles… Pero grandes fotos no. Lo que hay son fotos bonitas, no fotos buenas.

Y esto me hace pensar que, quizás, estemos confundiendo la calidad fotográfica con la calidad del contenido de la imagen. Es decir: una modelo espectacular, casi con toda seguridad, llegará a la portada de la sección. Si, además, va ligera de ropa e, incluso, desnuda, no hay duda de que la veremos allí. Lo mismo si conseguimos que nuestra mascota haga un gesto «humanizado» o si acertamos con el nivel de HDR en un paisaje, tanto natural como urbano.

Criterios tan válidos como cualquier otro, faltaría más, pero que reflejan algo mucho más profundo que la aparente y evidente banalidad que se deduce de este tipo de valoraciones. Hace unos días descubrí, en el blog de Rafael Roa, la obra de Leigh Ledare. Un fotógrafo que pasó de ser asistente de Larry Clark a saltar a la fama en el festival fotográfico de Arles del 2009 con la presentación de su serie: «Pretend you’re actually live«. Y lo hizo porque esa serie provocó un escándalo increíble entre los participantes en ese certamen, al estar centrada en las relaciones sexuales que su madre, viuda, mantenía con sus jóvenes amantes ocasionales.

La foto que podéis ver aquí corresponde a esa serie. Es realmente una fotografia impactante, por el tema de la edad de la modelo. No es habitual ver modelos de desnudo con esa edad y, aun menos, con esa actitud, tan agresiva, en la pose. Pero no va mas allá… Si obviamos el hecho de que es la propia madre del fotógrafo, no es nada más que lo dicho. Una foto de desnudo curiosa con un procesado un tanto «vintage» y poco más. Pero aun así esta fue una de las imágenes que colocó a Leigh Ledare en el firmamento fotográfico. No lo hizo por las virtudes fotográficas que esta foto pueda tener o no. Este debate lo vamos a dejar para otra ocasión. Pero lo que sí que es cierto es que un fotógrafo desconocido saltó a la fama por cuestiones ajenas a la calidad de su trabajo fotográfico.

Con la popularización de la fotografía, a través de las cámaras digitales y la inundación de imágenes, gracias a las redes sociales, parece que hemos perdido la capacidad de profundidad en el análisis fotográfico… Pero, sinceramente, no creo que sea así. Sencillamente hay muchísima más gente haciendo ruido y dando «likes» a fotos que se ajustan a lo que se entiende, ahora, que es bonito.

Pero no olvidemos nunca que no es lo mismo comunicar que fotografiar. Esto último requiere una cierta formación, personalidad y capacidad de análisis de la imagen que no cae del cielo. Requiere un tiempo adquirir todo esto. Y tiempo es lo que parece que nadie quiere emplear en aprender a saber diferenciar entre una foto bonita y una buena foto.

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