“No intentes nunca ser artista. Sencillamente haz tu trabajo y si tu trabajo es auténtico se convertirá en arte”. Duane Michals, uno de los primeros fotógrafos en exponer y vender en galerías de arte hablaba así al respecto de la consideración de su obra como artística. No obstante en multitud de entrevistas, no hay más que hacer una rápida búsqueda en Google, dudaba de que lo que él, y el resto de fotógrafos hacen, pudiera ser considerado, en puridad, arte. De hecho, este es un debate que surgió, casi, con la misma fotografía y que aún no se ha resuelto. Por mucho que se empeñen los “gurús” de las redes sociales y de las revistas culturales digitales y clásicas.
Hay obra fotográfica en los museos, exposiciones en galerías, textos teóricos y afirmaciones de maestros de la pintura, la disciplina artística más cercana a la fotografía, sobre las características que convertirían el resultado de un clic mecánico en un obra de arte. Joan Fontcuberta con sus textos sobre la postfotografía, Francis Bacon confesando que después de descubrir la fotografía ya no le quedaba nada más por aprender o Picasso asegurando que la realidad fotográfica era más fuerte que la realidad misma… muchas señales de que apuntan al arte… pero ¿de verdad la fotografía es arte? ¿O solo nos estamos engañando a nosotros mismos empujados por un auto negado complejo de inferioridad frente otras disciplinas indudablemente artísticas y, sobretodo, a la pintura?
Lo primero debe ser dejar claro que, en muchos textos académicos, la fotografía está incluida en los últimos listados de lo que se consideran las “Bellas artes” actualmente. Concretamente en el octavo puesto, después del cine que, como casi todo el mundo sabe, se considera “el séptimo arte”.
Después estaría bien que sepamos lo que es el arte. Porque, ¿cuantos seríais capaces de definir ese concepto? Por supuesto sin ir a Google. Si dejamos aparte las acepciones que hacen referencia a oficios (artes de pesca, arte gastronómico, artes marciales, etc…) y que se refieren más a la perfección de la ejecución técnica de los mismos. Arte es, en esencia, una actividad humana realizada con finalidad estética y comunicativa. Es decir, el artista busca transmitir una idea, una emoción, una visión del mundo… y para ello produce objetos/creaciones singulares con una finalidad estética.
El hecho artístico, por decirlo así, está en dos “sitios”. En el propio objeto, si hablamos de pintura, escultura, grabados, arquitectura, etc… o en la ejecución y/o captación del hecho artístico. Es decir: en la ejecución y escucha de una obra musical y no en la partitura, o en la lectura de una novela y no en el soporte sobre el que está escrita.
Y, por supuesto, en los dos casos la percepción del hecho artístico, como estableció Umberto Eco cuando definió el concepto de “obra abierta”, depende del espectador, de su formación y de su bagaje cultural.
Fácilmente se podría afirmar que la fotografía, en base a lo dicho, es un arte. Pero si os gustaran las cosas fáciles no estaríais leyendo esto…
Empecemos por la propia definición. Hace referencia a objetos/creaciones singulares. Otra cosa es producción industrial, quizás con una calidad exquisita… pero producción industrial en cuanto a poder ser reproducida, exactamente igual, hasta el infinito.. Y la fotografía no produce objetos singulares. Si una cosa es la fotografía, es reproducible. Tantas veces se desee hacerlo se podría hacer.
Puede que algunos estéis pensando en la literatura o en la música. Los libros y las grabaciones también se pueden reproducir tantas veces como se desee. Es cierto, pero no es igual. Y con ello vamos a por otra diferencia entre la fotografía y las obras de arte.
Un original de un libro o una partitura musical se han construido a partir de una idea de comunicación. El deseo de transmitir un concepto o una idea. Para ello se realiza un trabajo de búsqueda de información, de estructuración de la misma, de construcción de un esqueleto que soporte la creación artística final. Y un depurado de lo creado en función de los criterios estéticos y estilísticos elegidos por el autor.
Una fotografía, en general se realiza por unas elecciones basadas en el impacto que luz y sombra van a tener sobre lo que queda dentro del encuadre que hayamos seleccionado (otro criterio). En realidad no estamos comunicando nada. Solo el testimonio sesgado (por nosotros) de lo que está delante de la cámara. Podría argumentarse que esta explicación solo vale para el foto periodismo y poco más. Que la fotografía artística es otra cosa… pero me temo que no.
Hacer un bodegón no es arte “per se”, reproducir cuadros del barroco holandés, llenar de maquillaje a las modelos y de atrezzo el cuadro tampoco… Cuando un bodegón o un retrato ha pasado a la historia de la pintura no ha sido por las frutas, o lo peculiar de una modelo concreta; lo ha hecho por el avance que suponían los logros que el autor había implementado es su creación, porque cada elemento colocado en el lienzo tenía un sentido, incluso un significado evidente y otro simbólico.
En Turner el mar no solo eran las olas contra el barco y la imagen no solo era “el hombre contra la naturaleza”, en Hopper la soledad no era la ausencia de compañía ni los payasos tristes eran eso mismo o en Bacon las pinceladas furiosas no eran reflejo de la rabia. Todo, absolutamente todo, tenía un porqué por encima, incluso, de la función estética.
¿Cómo es posible eso? Muy sencillo de entender si nos desprendemos del ruido que nos rodea y volvemos a la esencia de lo que pretende una obra de arte: comunicar. Por eso todos los elementos de una obra de arte están elegidos en función de su capacidad narrativa, en primer lugar, y solo entonces se valora el potencial estético que tendrá en la obra acabada.
La maestría técnica que pudieran revelar ese tipo de fotografías, solo es eso: dominio técnico. Y aunque esto no es baladí, el arte está en otra parte. El error en la fotografía, como bien decía John Berger, ha sido: “considerar algunas partes del proceso de creación a la hora de otorgar la categoría de arte a ciertas cosas, no solo a la fotografía. En este sentido: cualquier objeto creado por el hombre podría ser arte”. Y, lo siento por los fans, lo de Duchamp era una obra maestra de la mercadotecnia, como lo de Jeff Koons, pero arte no.
Y ya que estamos aprovecho para señalar la diferencia. Una obra maestra se puede dar en cualquier disciplina… pero una obra de arte es otra cosa, que responde a otros criterios más allá de la ejecución/interpretación magistral de las claves de una disciplina dada. En esencia, como decía antes, un ansia de comunicación que supera cualquier impedimento que pudiera ahogarla.
Y hay otra cuestión que no solemos plantearnos y nos pone el espejo de nuestra propia estupidez frente a los ojos. En los museos todo es elegante e impoluto. Quizás algo menos en los de arte moderno, pero podríamos decir que es así. Entonces, en el caso de la fotografía, que es el nos interesa aquí. Vemos las obras fotográficas colgadas de la pared impresas con la tecnica “Fine art glicee” o haluros de plata en papel 100% algodón. Y nos dejamos llevar por la fantasía de la obra de arte.
Bien, ¿si estuviera impreso en un DIN A4 de 50 g/m2, en papel reciclado o en un mantel… ¿seguiría la intensidad de nuestra mirada inalterable? Es la misma obra, del mismo autor… solo que en un soporte no considerado noble. ¿Pagaría un supuesto comprador la misma cantidad por las dos versiones de la misma obra? Ahora el “pellizco” es otro, ¿verdad?
El mundo del arte, cada vez más dependiente de la capacidad de los artistas de monetizar sus obras, pone en evidencia a los hijos que tanto empeño ha puesto en adoptar… básicamente, no seamos inocentes, para ampliar mercado. El valor económico es inseparable de la singularidad o la exclusividad. Y la fotografía, por definición no lo es. No hay un manuscrito hecho a mano, como con los escritores (y cada vez menos). Lo mas parecido seria el rollo de negativos analógico o el fichero RAW original. Aunque en este último caso bastante menos. Puesto que el fichero RAW seria, también, replicable.
Entonces, ¿es un arte la fotografía? En el sentido que apuntábamos al principio, de la excelencia en la ejecución técnica de un oficio, es innegable que lo puede ser. Pero en cuanto a lo que comúnmente se entiende como arte, está justo en la frontera. Con un pie en cada lado. Según épocas (como la actual) con un pie y medio fuera. Es realmente difícil encontrar obra fotográfica que compense la falta de singularidad (inevitable) con una densidad de contenido y solidez de tema suficiente como para poder calificarla de capaz de generar un “hecho artístico” al modo de la música o la literatura.
Una forma en la que la fotografía si fuera equiparable al arte sería considerando que el “hecho artístico” se corresponde a la obra completa del autor. Bien sea la obra completa correspondiente a una etapa claramente diferenciable del resto, o a toda su vida creativa. Todas las decisiones y acciones, tomadas y realizadas, serían el equivalente al trabajo previo antes del borrador definitivo de un libro. El que ya no se va a tocar. Solo para llevarlo a imprenta.
En este caso sí podríamos estar hablando de algo singular e irrepetible. Nada separaría la obra completa de un fotógrafo de cualquier otra manifestación artística. Aunque, insisto, al igual que el arte no está en todo lo que antecede al libro final (eso es oficio y técnica), tampoco lo está en las fotografías que conforman la obra. Es la obra, la globalidad del trabajo la que puede tener la consideración de arte. Del mismo modo que la tiene el libro y como está hecho, pero no las palabras por separado.
Como conclusión: se puede afirmar, aunque sea con la boca pequeña y mirando hacia los lados, que la fotografía es un arte. Pero un arte en formación y definición. Y el camino que resta se antoja árido.
Información Bitacoras.com
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El arte es una vía para escapar del estado de infelicidad propio del hombre. En ese sentido me parece que la fotografía sí que puede ser un arte. Saludos,
Tienes razón en que una de las cosas que puede conseguir el arte es compensar ese estado de infelicidad. Pero yo apostaría más porque eso sea una de las funciones (o posibilidades, o capacidades, o características… ) del arte y no una definición del mismo.
Aunque de lo que no hay duda es de que esa capacidad, en la fotografía, sería (es) uno de los argumentos para afirmar que sí es un arte.
Muchas gracias por volver a comentar.
…el arte es la forma de desarrollar nuestra sensibilidad; de darle forma y sentido….en cualquiera de sus posibilidades.
Hola Raul:
Muchas gracias por leer el post y comentarlo.
En mi opinión, tal y como digo en el post, creo que el arte sería, más bien, el resultado de ese desarrollo. No la forma ni el propio desarrollo. Se que hay muchas corrientes que si los consideran parte del arte. Y, la verdad, no lo argumentan mal. Pero yo no lo veo así.
Cierto es que arte y sensibilidad van unidos siempre. Y lo primero es imposible sin los segundo. En eso no puedo estar más de acuerdo contigo.
Un gran abrazo.