Plano general, blanco y negro. Ropa dejada sobre sillón de habitación de hotel con fondo de cortinas
Diferencia entre retrato y autorretrato. Plano general, blanco y negro. Ropa dejada sobre sillón de habitación de hotel con fondo de cortinas
(c) Alois glogar

¿Sabríais decir la diferencia entre un retrato y un autorretrato? En principio son dos de las categorías fotográficas más fáciles de identificar. Incluso para los no aficionados a la fotografía. Definido con brocha gorda, un retrato es la imagen de alguien tomada por otro y un autorretrato es tu imagen tomada por ti mismo. Además de la definición académica, ayuda el sentido común.

Pues bien, hace poco me vi envuelto, contra mi voluntad, en una de esas discusiones sin sentido en un grupo fotográfico de Facebook. Jamás me meto en este tipo de “conversaciones”, porque nunca son productivas. Solo hay «haters» en busca de pelea y “estrellas” de las rrss buscando un refuerzo para su ego. Son, en definitiva, una pérdida de tiempo y energía desperdiciada.

Pero esta no parecía ser una discusión. Alguien preguntaba la diferencia entre retrato y autorretrato en el muro del grupo. Yo contesté con las definiciones y características de ambos, pensando que le echaba un cable a alguien que empezaba, algo despistado, en la fotografía. Y me olvidé del tema.

Pero cuando volví a mirar el móvil, un par de horas después, me encontré con respuestas y menciones no precisamente amables. Respondo intentando ser conciliador y ampliando la respuesta a la pintura, para intentar hacer ver que esa categorización es universal.

Más respuestas agresivas y, entre ellas las de una “figura” de la fotografía. Me sorprende que una persona “reconocida” no sepa esta distinción. Intento una vez más (grave error por mi parte) aclarar las cosas. Todo sube de tono y acabo leyendo dos cosas que me hacen ver que estoy donde no debo. Una que esta “figura” empieza todas sus argumentaciones con la coletilla: “Para mí…” y otra es que para responderme utiliza a sus seguidores, que habían acudido en tropel a la “defensa del líder”, para decirles que hay gente (yo) que nunca “lo entenderá”…. En fin.

De todos modos esta discusión no tiene más importancia que la de ser la anécdota que me vale para ilustrar lo que quiero decir. Y es que las cosas tienen un nombre y los nombres se asocian a unos conceptos determinados por algo. Es el consenso en las definiciones lo que ayuda al avance y a la generación de novedades. Porque evita la confusión o la dispersión y permite progresar, incluso en las teorizaciones sin plasmación empírica, con paso firme.

No abogo por el inmovilismo. Todo en la fotografía debería de estar en continuo movimiento. Pero de la misma manera que el Cadmio siempre es Cadmio, esté en la formulación que esté, o el bromo no es hidrógeno porque “para mí…”. Un retrato lo es y no es un autorretrato, porque las características son diferentes. Y es necesario que lo sean para mantener resoluciones fotográficas iguales en lugares distintos. Un bodegón no puede ser un retrato porque “para mí…” “ofrezca” el rostro de la naturaleza… Ni se transforma en autorretrato porque a la persona que dispara le he dado todas las instrucciones, incluidas, la iluminación… No.

Creo que queda claro que no se trata de inmovilismo o de falta de imaginación. Es justo lo contrario. Porque no conocer el lenguaje, el vocabulario fotográfico en este caso, complica en gran manera el entendimiento de lo que nos rodea de forma cercana e inmediata. Y, aún más, de las cosas que no podemos ver y solo podemos experimentar a través de vías indirectas: lectura, fotografía, documentales, etc… Y, lo que es peor, dificulta la generación del pensamiento complejo. Justo: el que nos permite teorizar sobre avances que, aún, solo existen en nuestra imaginación. Esta ignorancia militante (en algunos casos orgullosa) limita todo a los planteamientos más simples, más básicos. Y eso es lo que revela, en el fondo, plantear argumentos apoyados en la coletilla: “Para mí…”. Una simplificación por desconocimiento e incapacidad de abstracción teorizadora. Una reducción a la propia estupidez.

La persona que se apoya en razonamientos así no está creando, ni está innovando. Simplemente está reduciendo el océano de sabiduría que le rodea al escupitajo de su escaso conocimiento. No tiene ningún interés en ampliar lo que sabe, su ignorancia es comodidad. Elimina la necesidad de resolver retos teóricos y/o prácticos. Y, además, ¿para qué? Teniendo una legión de fans que pagan por recibir formación en sus cursos (esta es la broma más cruel), le ríen las gracias y le apoyan, con devoción ciega, en cualquier discusión en rrss… ¿que necesidad tiene esta persona de saber nada más?

Un buen fotógrafo nunca deja de aprender. Pero claro, eso mismo: un buen fotógrafo. Y ojo: acudir a los muchísimos actos y conferencias en los que la “comunidad fotográfica” se deja ver no cuenta como formación. Es divertido, pero no es formación. Como mucho salseo y retroalimentación de egos. Es como cuando alguien solo compra periódicos afines a su corriente ideológica. No busca descubrir la verdad, solo la reafirmación de lo que ya cree a través de palabras escritas por alguien que piensa igual.

Para formarse, de verdad, aunque esto es tema de otro post lo apunto aquí, un fotógrafo debería acercarse, por ejemplo, a la historia del arte, a la psicología de los colores, a las leyes físicas que influyen en el comportamiento de la luz, a la anatomía, a la psicología… a muchas cosas que están fuera de la zona de confort… pero que nos descubren que las cosas , la mayoría de las veces, son como son y no como nos gustaría que fueran… y que si tenemos una posibilidad de cambiarlas es a través de su conocimiento. Cuanto más profundo más posibilidades de éxito tendrá ese intento de modificación.

Hace un tiempo escribí los argumentos que me llevaban a afirmar que alguien que no sabía escribir no podía ser un buen fotógrafo. Lo mismo se podría aplicar a este caso. Y no hablo de la ignorancia. Eso, al fin y al cabo, se soluciona con decisión y un poco de tiempo. Hablo del orgullo ignorante, de la exhibición de tu falta de conocimientos como valor, del desconocimiento de las bases de lo que dices ser, fotógrafo, porque “para mí…”

Pero la broma más cruel es que la mayoría de estas «rock star» de la fotografía dan cursos de formación… Continuamente.

No saber es un problema, no querer saber es una condena. Y el problema aquí es que, como en los accidentes de tráfico, dejas víctimas a tu paso mientras sigues adelante.

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Rafael
6 años

Totalmente de acuerdo: el fotógrafo debe conocer la base y el lenguaje de lo que hace, y nutrirse de otras artes y ciencias, en vez de encerrarse en círculos endogámicos (círculos viciosos, también) en cuyo centro se encuentra alguno de los «gurús» predicadores que hoy día encuentran (con tanta fortuna, y haciendo fortuna) públicos fáciles en las redes.
Y… ¿cuánto tiempo perdemos en conversaciones que solo nos dan dolores de cabeza? De verdad que hay que plantearse ya cómo volver a vivir sin estar permanentemente conectados a,,, la «orgullosa ignorancia».
Un gustazo leerte.

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[…] actuales. ¿Cuantas “corrientes de pensamiento” se basan, actualmente, en un triste: “para mí…”? Sencillamente: “A mi parece que esto es así, con lo que tiene que ser así”.  […]

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[…] ¿Sabes distinguir un retrato de un autorretrato? […]

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[…] no son autorretratos. Son dos cosas diferentes. Por mucho que se empeñen en equipararlos algunos popes de la fotografía moderna. La ignorancia siempre ha sido muy atrevida. Pero en el caso de algunos fotógrafos es, además, […]

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